marzo 29, 2024

La difunta de los traileros

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Estimados amigos desde hace tiempo que escucho su programa en la radio, y siempre esperé para comunicarme con ustedes. Quiero expresar una anécdota real, sobre un suceso que experimente, no se si era real o fue el resultado de mi cansancio ya que regresaba a mi casa después del trabajo. Esto aconteció, en una carretera como entre una de la madrugada y tres. Y es que no ubicó, claramente el tiempo.

En dicha carretera cercas del municipio de huehuetoca y teoloyucan en el estado de México, manejaba a una velocidad adecuada y con precaución por lo accidentada que se encuentra, ya que son caminos que en un principio eran caminos reales antiguos, y habían sido ruta de diligencias o carretas .

Mi cansancio era insoportable, y mis ojos se cerraban por reflejo, en momentos parecía que manejaba como controlado por el inconsciente que ya sabía mi camino, y resultado del trajín. En cierta curva la luz del auto empezó a debilitarse, y perdió velocidad, obviamente pensé que era la gravedad de la misma curva la que me disminuía impulso. Era una noche demasiado luminosa por la luna, y decidí parar unos diez minutos para prepararme un vasito de café, y poder continuar.

En ese espacio de tiempo sentí un escalofrío estando dentro del auto y me pareció muy extraño ya que es difícil que puedas sentir frío y ansiedad. No seguí pensando en esa sensación y me dispuse a disfrutar de mi cafe, me relaje un poco y nuevamente sentí una extraña sensación fijándome que en el camino no había más autos o camiones que transitarán ya que es una carretera que lleva a la refinería de tula, y yo era el único solitario en ese camino y a esa hora.

Me incorporé nuevamente a la carretera y como unos treinta metros más adelante visualice la silueta de una mujer caminando sobre un lado de la carretera, inmediatamente recorrí con mi mirada si había algún auto descompuesto del cual procediera esa mujer, y no visualice alguno. Empecé a lanzar la luz alta para que volteara y auxiliara, pero cual fue mi sorpresa que al acercarme la figura humana se transformó en una piedra.

Ya no me detuve y acelere un poco más mi marcha hasta llegar a una talachera que era alumbrada por un foquito casi imperceptible a la distancia, decidí comprar unos cigarros ya que tenían una tienda muy poco surtida, con nerviosismo los compre y el dueño me pregunto que si me encontraba bien? Yo le respondí que sí, y nuevamente él expresó es que usted no se ve bien. Animado por su comentario, le platiqué lo que había visto hace unos minutos, él respondió ante mi plática como sorprendido exclamando «Dios bendito del Calvario» usted acaba de ver a la difunta de los traileros, de suerte usted no se accidentó, yo pregunté porque tenía que sufrir un accidente? Y su respuesta fue porque nadie se a salvado de la tragedia y a usted lo protege alguien muy familiar, cuidese nunca viaje sólo y cuando llegue a su municipio vaya a la iglesia central y deje una veladora en la imagen de las benditas animas del purgatorio, y solicite al presbítero que le de agua bendita para la pobre mujer y para mi.

Cuando me retiré del lugar y al llegar a huehuetoca así lo hice, y al otro día que regrese nuevamente a mi trabajo y siendo de mañana trataba de ubicar el lugar en donde compre los cigarros para darle a esa persona agua bendita y no daba con el lugar hasta que me estacioné a un lado de la carretera, tratando de ubicar esa talachera la cual no veía. En ese instante bajo un campesino de entre los matorrales de maguey, y le pregunté si conocía una talachera cercas? El hombre humilde respondió que por ese lugar desde hace mucho tiempo hubo una pero se incendió porque un auto chocó contra ella. El hombre me llevo al lugar y sólo encontré una cruz que decía a la memoria de Don Juan que siempre auxilio a los camioneros y conductores solitarios en recuerdo de sus hijos, amigos y petroleros de tula. Sólo me quedó dejar su agua bendita despedirme y darle las gracias.

Gracias

Alejandro Antonio Martinez R.

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