abril 18, 2024

Leyenda del Callejón del Suspiro

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El fantasma no respondió, ni se apareció durante las siguientes varias noches que el santo oficio le requirió para cumplir con la justicia según se había demandado en el Callejón del Suspiro.
Algunas semanas mas tarde, fray Matías de Tolentino regresaba a su convento después de haber confesado a un viejo que ya estaba por morir y le había llamado para darle los santos óleos, pero Fray Matías era también viejo y deseaba acortar la distancia de su camino para recogerse en la paz de su monasterio, cuando escuchó fatídico suspiro al encontrarse en el camino del Callejón del Suspiro.  Fray Matías gritó:  – ¡Dios sea bendito y alabado!; ¡aparición del otro mundo que por la tierra vagas!  ¡habla en nombre de Dios!; mas hazlo pronto, pues mi alma es vieja como mis huesos y no resistiré mucho tu presencia.
Y entonces, por vez primera según se tiene documentado, de la boca descarnada de aquel ser infernal,  escapó una voz, de sonido hueco y olor de tumba.
– Mi nombre en la tierra mientras estuve viva fue el de Anunciación Avelar y estuve comprometida en matrimonio con Don Alonso García de Quevedo.
De pronto el viejo fraile, en la confusión, vio la imagen encarnada de ese fantasma, quien le contó la triste historia que explicaba la causa por la que deambulaba por el callejón en esa fatídica forma. Esta es la historia escrita, que redactó el fraile Matías:
Doña Anunciación estaba ansiosa por casarse, pero temía que don Alonso, que estaba en España, no llegara en la fecha fijada para la boda. Don Gabriel, su padre, aseguraba que don Alonso estaría a tiempo. Desafortunadamente los temores de Doña Anunciación se hicieron realidad: el caballero nunca llegó y jamás se supo cual fué la causa. Al paso del tiempo las semanas se hicieron meses y éstosse volvieron años, Doña Anunciación fue perdiendo la ilusión de vivir y estaba encerrada en su habitación, sin comer, y a veces con deseos de dormir. Su llanto era permanente, y como era de suponerse, cayó enferma. Poco tiempo después murió entre gemidos y suspiros: Los médicos dijeron que su muerte la provocó una tuberculosis provocada por la pena y el ayuno.

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