La sobra con la sonrisa
Por momentos se para junto a mí, fuera de mi vista, pero sé que el sigue ahí por que escucho su respiración acelerada, emocionada. Se mueve, y siento su mirada, me analiza. Aun desesperado por moverme, lastimo mis músculos, lastimo mi esperanza y solo quiero que todo termine.
De nuevo se acerca a mí oído respira otra vez y susurra mi nombre una vez, y otra vez, y otra y otra… Siento el enfermo placer que siente de torturarme, de jugar conmigo.
Y de repente lo siento, el afilado borde de algo que parece ser algo no más que una burda herramienta de cocina, el mismo que usan para matar pollos en la cocina. Siento la punta del cuchillo a mi costado, es así como imagine se sentiría, como una aguja sobre la piel, es pequeño al principio el corte, pero lentamente lo hunde por completo sin titubear, firme. Lo mueve hacia los lados, entre mis costillas.
Me castiga por mis pecados, y ya no lo resisto más estoy atrapado en mi propio cuerpo en un mundo de dolor; ahí en las manos de ese lunático que se me asemeja.
Y soy yo el que se dice que es algo que merezco.
Viene de nuevo, y esta vez grita mi nombre a mí oído con la más horrenda voz que nunca había escuchado: ¡GREGORIO!
Su grito me despierta a la realidad, y levanto mi torso súbitamente cubierto en sudor, respirando rápidamente, y sollozando lentamente… todo fue un sueño. Uno de los más horrendos que antes tuve; y el mismo que eh tenido cada día durante la última semana.
Cuando miro la puerta aun veo la sobra bajo ella, y el dolor en mi cuerpo sigue ahí… donde me acuchillo; me levanto al lavabo, y mojo mi cara con agua fría tratando de dejar que el momento pase, respiro lentamente, después miro el espejo frente a mí y ahí están, esos inmensos ojos mirándome fijamente con el rostro aun sonriendo; disfrutando el placer de el dolor.
fuente: losmejorescuentos.com