octubre 12, 2024

La calle de la quemada

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Calle de la Quemada

Leyenda mexicana de la época colonial.

Muchas de las calles, puentes y callejones de la capital de la Nueva España tomaron sus nombres debido a sucesos ocurridos en las mismas, a los templos o conventos que en ellas se establecieron o por haber vivido y tenido sus casas personajes y caballeros famosos, capitanes y gentes de alcurnia. La calle de La Quemada, que hoy lleva el nombre de 5a. Calle de Jesús María y según nos cuenta esta dramática leyenda, tomó precisamente ese nombre en virtud a lo que ocurrió a mediados del Siglo XVI.

Cuéntase que en esos días regía los destinos de la Nueva España don Luis de Velasco I., (después fue virrey su hijo del mismo nombre, 40 años más tarde), que vino a reemplazar al virrey don Antonio de Mendoza enviado al Perú con el mismo cargo. Por esa misma fecha vivían en una amplia y bien fabricada casona don Gonzalo Espinosa de Guevara con su hija Beatriz, ambos españoles llegados de la Villa de Illescas, trayendo gran fortuna que el caballero hispano acrecentó aquí con negocios, minas y encomiendas. Y dícese en viejas crónicas desleídas por los siglos, que si grande era la riqueza de don Gonzalo, mucho mayor era la hermosura de su hija. Veinte años de edad, cuerpo de graciosas formas, ojos glaucos, rostro hermoso y de una blancura de azucena, enmarcado en abundante y sedosa cabellera bruna que le caía por los hombros y formaba una cascada hasta la espalda de fina curvadura.

Asegurábase en ese entonces que su grandiosa hermosura corría pareja con su alma toda bondad y toda dulzura, pues gustaba de amparar a los enfermos, curar a los apestados y socorrer a los humildes por los cuales llegó a despojarse de sus valiosas joyas en plena calle, para dejarlas en esas manos temblorosas y cloróticas.

Con todas estas cualidades, de belleza, alma generosa y noble cuna a lo cual se sumaba la inmensa fortuna de su padre, lógico es pensar que no le faltaron galanes que comenzaron a requerirla en amores para posteriormente solicitarla como esposa. Muchos caballeros y nobles galanes desfilaron ante la casa de doña Beatríz, sin que esta aceptara a ninguno de ellos, por más que todos ellos eran buenos partidos para efectuar un ventajoso matrimonio.

Por fin llegó aquel caballero a quien el destino le había deparado como esposo, en la persona de don Martín de Scópoli, Marqués de Piamonte y Franteschelo, apuesto caballero italiano que se prendó de inmediato de la hispana y comenzó a amarla no con tiento y discreción, sino con abierta locura.

2 pensamientos sobre “La calle de la quemada

  1. Hace aprox. 5 años me paso algo que nunca me espere, era sábado y habia venido mi tia de visita, así que todos nos fuimos a dormir y alrededor de las 2:00 am, yo no podía dormir, y yo estaba acostado en el suelo y de repente alguien abrió la puerta de mi recamara y paso encima de mi, se sentía que era una mujer, ya que el peso era tan liviano, así que esta mujer o ser pasaba y pasaba que ya no aguante y le grite a mi tía que me ayudara porque alguien estaba pase y pase y al principio nadie me creyó. Pero ya van dos de mis tíos que les paso lo mismo y solo así me creyeron, lamentablemente en mi cuarto espantaban mucho, pero a mi papa en especial ya que el tiene esa gran facilidad para ver a los muertos, por decirlo asi es el blanco de los muertos. Hace tres años me dijeron sobre el libro de San Cipriano, así que me atreví a leerlo y en ese libro viene de como hacer un pacto con el diablo, de como convertirse en un animal, ritos, hechizos, obviamente pura magia negra y era el 2 de noviembre precisamente y yo estaba leyendo ese libro. Hasta que llego la noche y yo no estaba en casa, sino estaba en casa de mi abuelo allá en Acolman y de repente yo estaba acostado con mi primito y se pararon junto a donde yo estaba acostado, pero fue una sensación tan desagradable ya que sentía muchos escalofríos y miedo y me levante desesperado y algo me iba siguiendo y todos los perros de la calle comenzaron a ladrar como locos, inclusive el perro de la familia comenzó a ladrar bien feo y era tan claro que vieron algo muy malo, aveces pienso que era el mismo diablo.Saludos desde Tecamac.

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