Origen de los demonios

Demonios

Los demonios no son ángeles caídos, los demonios no tienen cuerpos y andan buscando casa (cuerpo físico) (Lucas 11:24) y para ellos incluso habitar un cuerpo de animales puede ser una buena opción, como en el caso de los demonios que pidieron permiso a Jesús para entrar en los cerdos (Marcos 5:12).

Para entender mejor el origen de los demonios es necesario estudiar los antecedentes de Génesis 6. Destrucción de civilizaciones ocurridas en nuestra era.

En Génesis 6 la Biblia relata que hijos de Dios procrearon con mujeres humanas seres híbridos que llegaron a ser personajes poderosos, y éste hecho junto con la maldad multiplicada llevó a Dios a destruir la población mundial de todo ser viviente de esa época, excepto por Noé, su familia y los animales para posteriormente re-poblar el planeta.

Para entender mejor las profecías bíblicas es importante conocer que Génesis 6 narra la realidad de seres NO HUMANOS, (llamados también hijos de Dios y ángeles caídos) que con mujeres humanas (de la raza descendiente de Adán y Eva) procrearon híbridos anormales seguramente por una mezcla de ADN distinto, esos híbridos anormales fueron gigantes que entre otras cosas tenían 6 dedos en cada mano y pie (2º Samuel 21: 20, 1er Crónicas 20:6).

El conocer bien éste tema permitirá entender mejor los posibles escenarios al final de los tiempos, considerando que Jesús dijo que su regreso sería en una época parecida a los días de Noé. (Ver Mateo 24:37). Génesis 6:4 dice que: Había gigantes (hebreo nephilim) en aquéllos días y también después cuando los hijos de Dios se llegaron a las hijas de Adán y les engendraron poderosos (hebreo giborim).

Los caídos o Nephilim, aparece en la versión septuaginta en griego como gigantes, y por esa versión griega se quedó como gigantes en la mayoría de las biblias en español, con la excepción de la Biblia de Jerusalén que conservó la palabra nefilim (así tal cual) también la mayoría de las biblias en inglés conservaron la palabra gigantes. Lo cierto es que los híbridos que resultaron de esa unión sexual entre ángeles y mujeres humanas, eran seres gigantes de los cuales tal vez el más famoso fue Goliat a quien David mató (1º Samuel 17).