octubre 12, 2024

Leyenda del Callejón del Suspiro

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Cuando terminó de decir esto, el fraile le pidió que callase y lo dejara en paz. Que buscara a otra persona para solicitarle ayuda, pero la fantasmal figura le dijo angustiada que sólo él podría ayudarla, y la única forma que había era casándola. Confundido, fray Matías le dijo que no era posible casar a una muerta y a un ser de este mundo; el espectro le pidió que los casara en espíritu, porque ya estaba cansada de penar desde hacía cien años y su amado seguramente había ya fallecido. Fray Tolentino mostrándole una cruz exclamó: – ¿Cien años? ¡Regresa a tu lugar espíritu! ¡Yo te lo ordeno en nombre de Dios!
Entonces el fantasma se esfumó en la penumbra que envolvía al Callejón del Suspiro y el fraile emprendió el regreso a su convento con las piernas más cansadas y temblorosas, a un paso muy lento pero ayudado de su bastón que sin duda de no estar, el pobre fraile no habría podido dar ni cuatro pasos.
Transcurrieron así 6 años mas sin que la santa inquisición lograra atrapar al fantasma ya que nunca respondía a su reclamo y por eso les resultaba imposible apresarlo, fue entonces que el santo oficio decidió tapiar el callejón.
Después de 50 años la gente olvidó el Callejón del Suspiro, pero cuenta la gente que un día, un caballero vestido con vasta elegancia al estilo del siglo pasado, estuvo recorriendo las calles cercanas a la Plaza Mayor de la capital de la Nueva España. Aquel caballero misterioso, recorría esas calles y plazuelas a paso angustiado preguntaba a cuanto peatón se topaba con él por el paradero de Doña Anunciación Avelar, pero nadie supo darle razón de ella.

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